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Nuestra historia
Ante el silenciamiento y la frecuente censura de investigaciones periodísticas en medios sometidos a intereses políticos y económicos, decidimos construir nuestra propia trinchera.
Un espacio sin ataduras, sin censura, sin favores. Aquí no pedimos permiso para incomodar. Verboclaro nace de la necesidad de contar lo que otros ocultan.
Mientras otros callan, hablamos.
Mientras pactan, incomodamos.
Sin partidos. Sin empresas. Sin gobiernos.
Todo aquí es con convicción.
Verboclaro: periodismo sin dueño.
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